MIME-Version: 1.0 Content-Type: multipart/related; boundary="----=_NextPart_01D84B47.16149B00" Este documento es una página web de un solo archivo, también conocido como "archivo de almacenamiento web". Si está viendo este mensaje, su explorador o editor no admite archivos de almacenamiento web. Descargue un explorador que admita este tipo de archivos. ------=_NextPart_01D84B47.16149B00 Content-Location: file:///C:/D1121D13/1.Penades.htm Content-Transfer-Encoding: quoted-printable Content-Type: text/html; charset="windows-1252"
<= o:p>
Revista Nebrija =
de
Lingüística Aplicada a la Enseñanza de Lenguas (RNAEL) IS=
SN
1699-6569<=
o:p> Vol. 16 Núm.=
32
(2022) =
doi: 10.26378/rnlael1632472 Recibido:
31/01/2022 / Aprobado: 15/03/2022 Publicado bajo licencia de Creative Commons Reconocimiento Sin Obra Derivada 4.0
Internacional
La variación en las unidades fraseológicas
Idiom
variation
Inmaculada
Penadés Martínez
Universidad de Alcalá
inmaculada.pena=
des@uah.es
RESUMEN
Se concibe la variación como un cambio en la forma de las unidades que
no afecta al significado=
span>.
El cambio da lugar =
a variantes de una unidad que, por no modificar el significado,
constituye una invariante de contenido. =
En el trabajo,
1) se analiza la variación=
en las locuciones del léxica y combinatoria; 3)=
se diferencia la variación n=
o marcada de la marcada
Palabras clav=
e: Variación, fraseología, <=
span
class=3DSpellE>locución, español lengua extranjera
ABSTRACT
Variation is considere=
d to
be a change in the form of units that does not affect the meaning. T=
his
change gives rise to variants of a unit which, as the meaning is not altere=
d,
constitutes an invariant in the content. In this paper, 1) we analyse varia=
tion
in Spanish idioms; 2) we present different types of formal variation:
orthographic, phonetic, morphological, lexical and combinatorial; 3) we
differentiate unmarked variation from the following marked variations:
diachronic, depending on the current or non-current use of a unit; diatopic, with regard to Spanish-speaking areas; diastratic, in accordance with the social characteris=
tics
of the speakers; and diaphasic, regarding the communicative situation and t=
he
language register; 4) we exclude polysemy, synonymy, antonymy, defamiliarisation and error from variation; and 5) we
insist on the need to work on variation in Spanish as a foreign language us=
ing
dictionaries.
Keywords: Variation, phraseology, idiom,
Spanish as a foreign language.
1. Introducció=
n
La palabra v=
ariación
se relaciona con las de modificación y cambio en la lengua
general. Por su parte, en lingüística, el término variación no es
unívoco porque no se refiere solo a la variación formal de las unidades
lingüísticas, es decir, a la variación del significante, en ocasiones tambi=
én abarca
la del significado, dicho de otro modo, el cambio semántico. Junto a ello, =
la
variación lingüística incide sobre unidades de las lenguas que son objeto de
estudio como mínimo para la fonética, la gramática, la semántica, la fraseo=
logía,
la historia de la lengua, la sociolingüística, la geografía lingüística y l=
a lexicografía.
Esta situación exige distinguir los distintos aspectos de la variación
analizados en una unidad lingüística y los diferentes ámbitos disciplinares=
en
que se incluye el análisis, para no crear confusiones en los propios
investigadores, en los docentes que enseñan la lengua y en los discentes qu=
e la
aprenden. De la importancia del estudio de la variación da cuenta el hecho =
de
que este fenómeno puede entenderse como un axioma de las lenguas (Mogorrón 2020a: 177), como una propiedad vinculada a =
su
propia esencia puesto que todas están sujetas a modificación y cambio.
Desde esta
perspectiva, este trabajo tiene como objetivo reflexionar sobre la variació=
n en
las unidades fraseológicas, entendiendo por tales una combinación de palabr=
as
fija e idiomática (Penadés Martínez 2015: 34), =
como el
refrán A perro flaco todo se le vuelven pulgas, cuyo sentido, no
relacionado con el significado de las palabras constituyentes, es ‘Los
problemas o las desgracias son mayores para las personas pobres o desanimad=
as’
(Penadés Martínez, Penadés=
Martínez, He, Olímpio de Oliveira Silva 2008: 1=
9). Concretamente,
el punto de mira se dirige a la clase de las locuciones, las unidades frase=
ológicas
utilizadas para ilustrar el contenido expuesto y que se definen como
combinación fija de palabras que funciona como elemento de la oración y cuyo
significado no se corresponde con la suma de los significados de sus
componentes (Penadés Martínez 2012a: 23), por e=
jemplo
la locución adverbial por encima del hombro ‘Con desdén’1,
que en el siguiente enunciado funciona como complemento circunstancial de m=
odo:
(1)
‒
No me interesa el resto de la historia ‒dijo secamente dirigiendo al
hombre una mirada autoritaria por encima del hombro‒.
La intención qu=
e ha
conducido a la elección de este tema ha sido proporcionar una serie de paut=
as
teóricas útiles para que los profesores de ELE puedan presentar las locucio=
nes
a los aprendices de esta lengua, enseñarlas y trabajar con ellas en relación
con la variación, bien entendido que los límites de este artículo se ciñen a
los conocimientos teóricos previos que deben acompañar a la docencia de
cualquier aspecto de las lenguas. Tarea futura de los docentes será
materializar el contenido de este trabajo en la práctica diaria del aula.
A este apartado
introductorio, le sigue el 2., El concepto de “variación” en fraseología; el
3., Distinciones para el análisis de la variación en fraseología, en cuyos
apartados se presenta cómo se manifiesta la variación en las unidades
fraseológicas: 3.1 La variación formal y 3.2 La variación no marcada y la
variación marcada, y qué aspectos de ellas no deben entenderse como casos de
variación: 3.3 El cambio semántico y 3.4 La desautomat=
ización
y el error; el apartado 4., Para la enseñanza de la variación en ELE; y el =
5.,
que recoge las conclusiones que se desprenden de lo tratado en el artículo,=
que
acaba con las referencias bibliográficas.
2. El concepto de
“Variación” EN FRASEOLOGÍA
Antes de situar=
en
esta disciplina la cuestión analizada, conviene desarrollar unos puntos
generales, el primero de ellos referido a la definición del término vari=
ación.
Posiblemente porque se trata de un fenómeno unido a la naturaleza de las
lenguas y, además, evidente para hablantes e investigadores, no es común of=
recer
una definición de variación de manera que quede claramente fijada la
posición teórica de quien emprende su estudio. En este sentido, aunque en el
ámbito de la sociolingüística de corte variacionista=
span>,
por ejemplo, la variación sea su objeto de estudio específico, definirla,
delimitarla teóricamente, no es su objetivo, sino el punto de partida de sus
investigaciones, que se plantean descubrir los factores o condicionantes que
regulan, justifican y explican la aparición de variantes (Escoriza
Morera 2003: 8 y 101-102).
Nos encontramos=
así
ante un nuevo término, el de variante, estrechamente vinculado al de=
invariante.
El Diccionario de la lengua española (Real Academia Española 2014: 2=
214)
define el primero, asignándolo al ámbito de la lingüística, como “Cada una =
de
las diferentes formas con que se presenta una unidad lingüística de cualqui=
er
nivel”. Por ejemplo, amaras y amases son las dos formas, las =
dos
variantes, de la unidad lingüística ‘2.ª persona del singular del pretérito
imperfecto de subjuntivo’, se da, pues, una diferencia de expresión, en el
significante, que no tiene su correspondiente en el contenido.
Por su parte, <=
span
class=3DSpellE>Hjelmslev (1972: 134), el autor más representativo de=
la
Escuela de Copenhague, indica en relación con los términos variante =
e invariante:
“Llamaremos conmutables (o invariantes) a dos miembros de un paradigma
pertenecientes al plano de la expresión (o al significante), si el reemplaz=
o de
uno de dichos miembros por el otro puede comportar un reemplazo análogo en =
el
plano del contenido (o en el significado); e inversamente, dos miembros de =
un
paradigma del contenido son conmutables si el reemplazo de uno por otro pue=
de
comportar un reemplazo análogo en la expresión. Dos miembros de un paradigma
que no son conmutables pueden ser llamados sustituibles (o variantes)”. Con
unos ejemplos, en el paradigma de la flexión verbal del español, las unidad=
es amabas
y amarás son dos invariantes porque la sustitución de una forma por =
otra
conlleva un reemplazo en el plano del contenido: ‘2.ª persona del singular =
del
pretérito imperfecto de indicativo’ / ‘2.ª persona del singular del futuro
imperfecto de indicativo’. Por el contrario, las formas amaras y =
amases,
sustituibles la una por la otra sin que se produzca un cambio de significad=
o,
son dos variantes, dos formas, a las que les corresponde una invariante de
contenido: ‘2.ª persona del singular del pretérito imperfecto de subjuntivo=
’.
De lo expuesto cabe deducir que el estudio de la variación, el establecimie=
nto
de las variantes, sea en fraseología o en cualqu=
ier
otra disciplina lingüística, exige la observación del significante y del
significado de las unidades puestas en relación, dada, además, la propia
naturaleza de los signos lingüísticos.
En el ámbito de=
la fraseología,
la variación de las unidades fraseológicas está inexorablemente vinculada a=
la
fijación, una de sus características específicas. Hasta tal punto es así que fijación y variación han sido vistas como dos cara=
s de
la misma moneda, dos particularidades de una misma unidad fraseológica (Mon=
toro
del Arco 2004: 593 y 2005: 149), símil que continúa vigente en la actualida=
d (Mogorrón Huerta 2020a: 181 y 2020b: 13). No obstante,=
la
característica definitoria es la fijación, no la variación, porque todas las
unidades de la lengua, sean fraseológicas o no, =
están
potencialmente sujetas a variación y, por el contrario, no todas las unidad=
es
son fijas en el sentido expuesto a continuación. En consecuencia, para que =
una
combinación de palabras pueda considerarse una unidad fraseológica debe ser=
una
combinación fija de palabras, si bien el mayor o menor grado de fijación
permite a su vez analizar muchas de ellas como variables en distinto grado.=
De
ahí que los autores que se han ocupado de estas unidades, especialmente des=
de
una perspectiva descriptiva, desde la metodología estructural o desde la
lingüística cognitiva2, han establecido el carácter fijo, junto =
con
el de la idiomaticidad3, como uno de sus rasgos definitorios.
Zuluaga (1975: =
230 y 1980:
99), uno de los autores pioneros en el estudio de las unidades fraseológicas
del español, define la fijación, en el primer trabajo citado, como “propied=
ad
que tienen ciertas expresiones de ser reproducidas en el habla como
combinaciones previamente hechas” y en el segundo, como “suspensión de algu=
na
regla de la combinación de los elementos del discurso”. En cualquier caso, =
este
autor subraya el hecho de que se trata de combinaciones de palabras en cuya
reproducción, al hablar o al crear un discurso, el hablante está condiciona=
do
por un modo de usarlas que incluso puede ir en contra de las reglas de la
gramática de la lengua en cuestión. Por
ejemplo, la locución nominal boca a boca ‘Respiración consistente en aplicar la boc=
a a
la de una persona que no respira para insuflarle aire con un ritmo determin=
ado’
está fijada en singular, a pesar de que el elemento constituyente boca =
span>admite el
número plural, de manera que en plural la locución tiene la misma forma, y =
solo
la aparición de un determinante permite la interpretación plural:
(2)
Además, todos los agentes, entre otros efectos, disponen de
mascarillas plásticas de un solo uso para poder realizar sin problemas
higiénicos los boca a boca.
En el
fragmento anterior ha quedado, pues, en suspensión, sin efecto, la regla qu=
e en
español obliga a establecer concordancia de número entre el artículo y el
nombre.
Por su parte, la existencia de
variación en las unidades fraseológicas se comprueba en ejemplos del tipo <=
i>como
el demonio ~ como un demonio, ambos variantes, formas sustituibl=
es,
de una locución adverbial que significa ‘Mucho’, de la invariante de conten=
ido
‘Mucho’:
(3)
Hace unas semanas probé el mojo picón de Ayan=
to,
el picante, y pica como el demonio=
i>,
pero está muy bueno.
(4)
aquí los sabañones prácticamente se han extinguido. Muchos no sabe=
n ya
ni de qué se trata. Pero dolían como=
un
demonio.
El estudio de la
variación en la fraseología del español ha suscitado y sigue suscitando gran
interés, lo prueba la existencia de monografías específicas sobre este tema=
4
y su análisis en estudios de carácter más amplio5. Aun así, la
situación se repite en relación con otras ciencias de la lingüística: no es
habitual explicar el concepto de “variación”. De los trabajos citados en la=
nota
4, solo los de Corpas Pastor y Mena Martínez (2003), Ortega Ojeda y González
Aguiar (2005), Mogorrón Huerta (2020) y Sinner y Tabares (2016) definen el término. En el pri=
mero
se afirma: “Variabilidad fraseológica es, pues, un término general que hace
referencia a cualquier cambio o alteración de carácter léxico, semántico,
morfosintáctico o incluso pragmático que se produzca en las UFs
[unidades fraseológicas], exceptuando las producciones erróneas (ocasionale=
s y
espontáneas) de los hablantes” (Corpas Pastor y Mena Martínez 2003: 184). D=
os
aspectos destacan en la definición: el uso del término variabilidad,
frente al de variación, y los tipos de cambios o alteraciones que
produce: léxico, semántico, morfosintáctico y pragmático. Por su parte, para
Ortega Ojeda y González Aguiar (2005: 92), variación es el “fenómeno=
que
se produce cuando una UF, a pesar de estar fijada, se materializa en “forma=
s”
distintas sin que dicho cambio conlleve alteraciones en el significado fras=
eológico”,
definición que, implícitamente, se relaciona con los términos variante=
i> e
invariante de la lingüística estructural. En cuanto a Mogorrón Huerta (2020a: 174), utiliza el término variabilité en un sentido más amplio para referirse “à la capac=
ité
de toutes les langues naturelles à produire des=
variations lorsqu’elles s’actualisent en discours=
”;
mientras que por variation entiende “la =
conséquence inhérente et =
directe
de la variabilité de toute=
s
les langues naturelles”, si
bien de este modo se llega a una caracterización circular: variabilité
—> variation —> variabilité.
Por último, Sinner y Tabares (2016: 16), basánd=
ose en
la lingüística de variedades, afirman que “La variación es considera=
da
actualmente como la capacidad de las lenguas naturales de producir distintas
realizaciones concretas en el habla. Variación significa, por tanto, que el=
mismo significado o el mismo contenido (Iturrioz y
Teniendo en cue=
nta lo
expuesto, en este trabajo sobre la variación se entiende por tal los cambios
que muestran las unidades fraseológicas, con la salvedad de que se trata de
cambios que afectan a su forma, a su significante, dando lugar a variantes =
de
una unidad, a variantes de una invariante de contenido, así las dos formas =
estar
en la mano y estar en su mano son variantes de la invariante de
contenido ‘Depender de una persona’. No se trata, pues, de cambios en el
significado, en el contenido, puesto que un cambio en este plano supone la
existencia de unidades distintas, de unidades que coinciden en su forma, pe=
ro
no en su significado, con lo que se origina el fenómeno de la polisemia; en
este sentido, la locución adverbial en blanco es muy ilustrativa, pu=
es
significa ‘De manera que casi se ve solo el blanco del ojo’, ‘Sin texto esc=
rito
o sin estar pintado o dibujado’, ‘Sin especificar la opción, la persona o el
partido elegidos’, ‘Sin dormir’, ‘Sin ninguna actividad’ y ‘Sin recordar o =
sin
pensar en nada’. Por otra parte, si el cambio se observa en el significado =
y de
manera parcial en el significante, tampoco puede considerarse variación, ya=
que
se está ante dos unidades diferentes: una es la locución echar mano =
con
el significado de ‘Recurrir a una persona o una cosa’ y otra distinta por su
forma y su significado echar una mano ‘Ayudar a una persona’.
3. DISTINCIONES P=
ARA EL
ANÁLISIS DE LA VARIACIÓN EN FRASEOLOGÍA
El carácter ese=
ncial
de la variación en las lenguas podría justificar la falta de interés por
definirla, situación que se ve compensada, al menos en fraseología, por las
múltiples clasificaciones propuestas para establecer tipos o clases de
variación y, consecuentemente, de variantes. No es este el lugar adecuado p=
ara
exponer, comparar y comentar las distintas clasificaciones que los fraseólogos han propuesto para las variantes de unida=
des
fraseológicas del español. En las referencias bibliográficas de las notas 4=
y 5
puede obtenerse abundante información sobre tales clasificaciones, que para
algunos autores han dado lugar a un caos terminológico (Sinner
y Tabares 2016: 27-29). Por ello en este apartado va a presentarse solo una
serie de distinciones que pueden ser útiles para el profesor interesado en =
concienciar
sobre este fenómeno a los estudiantes de ELE y en enseñarles esta
particularidad de la lengua.
3.1 La variación
formal
Antes de ocupar=
se de
ella, conviene tener en cuenta que no se incluyen aquí como variación formal
los cambios que experimentan las locuciones nominales, adjetivas y verbales=
en
tanto que unidades equiparables a los nombres, los adjetivos o los verbos p=
or comportarse
aquellas morfológica y sintácticamente de manera semejante a estos. La
gramática académica (Real Academia Española y Asociación de Academias de la
Lengua Española 2010: 21), al ocuparse de la morfología flexiva, indica que
esta estudia las variaciones de las palabras que implican cambios de conten=
ido
de naturaleza gramatical, y afirma que los morfemas de contenido gramatical=
dan
lugar al conjunto de variantes de una palabra, las cuales constituyen la
flexión de la palabra, como, por ejemplo, alto / alta, pro=
fesor
/ profesora, mesa / mesas, canto / cantas, canto
/ cantaré.
Estas mismas
variaciones pueden encontrarse en locuciones de las clases de las nominales,
adjetivas o verbales. Ahora bien, cuando se dan en las locuciones, las
variaciones anteriores son inherentes a la propia naturaleza nominal, adjet=
iva
o verbal de estas unidades fraseológicas, pues de manera análoga a los nomb=
res
muchas locuciones nominales presentan variación, flexión, de género y númer=
o,
del mismo modo que un gran número de adjetivas varían como los adjetivos, y=
las
locuciones verbales muestran variaciones propias de la flexión de los verbo=
s. Así,
en función del contenido gramatical o morfológico que el hablante quiere
expresar, la variación de género y de número es propia de nombres, adjetivo=
s,
locuciones nominales y adjetivas, y la de persona, número, tiempo y modo, de
los verbos y las locuciones verbales. Es, pues, posible constatar el género
masculino y femenino en la locución adjetiva ni medio, que significa
‘Ninguno’:
(5) =
Pero
le juro a usted por lo más sagrado, ¡y mira que estoy atenta!, que no se le
conoce ni medio chisme de faldas.
(6) =
ante
la violencia machista, ni media broma.
Por su parte, la
locución nominal caja de cerillas ‘Casa muy pequeña’ tiene la forma
plural cajas de cerillas:
(7)
Entró en unas cajas de cerillas luminosas. Eran pisos de tres habitaci=
ones
muy pequeñas, tenían además una cocina blanca y un cuarto de estar.
De manera análo=
ga,
las locuciones verbales expresan, mediante las variantes morfológicas
correspondientes, la persona, el número, el tiempo y el modo que se quiera,
como ilustran los siguientes ejemplos de la locución verbal hablar para =
el
cuello de la camisa ‘Hablar en voz muy baja’:
(8)
¿Os
habéis fijado en que, cuando tiene que dar datos negativos, Solbes farfulla=
las
palabras y habla para el cuell=
o
de la camisa?
(9) =
me
oyen bien, siempre que no hable para
el cuello de la camisa.
(10)
La
verdad es que en ese momento odio hablar y, si alguien me pregunta algo, ha=
blo
con monosílabos y hablo para el cuello de la camisa, y nadie se ente=
ra,
entonces nunca llego a tener una comunicación fluida cuando estoy en grupo.=
Las variaciones
formales ejemplificadas en el párrafo anterior no son, pues, como las de no
cerrar el ojo ~ no cerrar los ojos, donde el cambio del singular=
por
el plural no comporta ningún contenido gramatical distinto, sino simplement=
e la
existencia de variantes de una misma invariante de contenido, ‘No dormir’. =
La
forma de una locución puede verse modificada, cambiada, de muy diversas man=
eras
que han dado lugar a diferentes clasificaciones de variantes por parte de l=
os fraseólogos. Tal como se ha indicado, este trabajo, d=
ebido
al ámbito en el que se encuadra, la enseñanza de la len=
gua,
hace caso omiso de tal diversidad y se limita a presentar brevemente y a
ejemplificar un conjunto de posibilidades de variación formal de las
locuciones.
1. Variación fo=
rmal
ortográfica. Existen locuciones que manifiestan el fenómeno de la variación
mediante su distinta grafía, habitualmente registrada en los diccionarios: =
a
mata caballo ~ a matacaballo ‘De mane=
ra
atropellada o muy deprisa”, a macha martillo ~ a machamartillo
‘Con mucha firmeza o firmemente’, a vuela pluma ~ a vuelapluma
‘Rápidamente’, de la ceca a la meca ~ de la Ceca a la Meca ‘D=
e un
lugar a otro en constante movimiento’.
2. Variación fo=
rmal
fonética. Se dan casos en los que la variación de la locución atañe a
diferencias en los sonidos de sus elementos constituyentes, que, en
consecuencia, se representan gráficamente de forma distinta: no decir os=
te
ni moste ~ =
no decir
oxte ni moxte ‘No decir nada’, por lo ba=
jines
~ por lo bajinis ‘En voz baja’.
3. Variación fo=
rmal
morfológica. Más amplias son las posibilidades de variación formal manifest=
ada
en la morfología de los elementos que constituyen las locuciones. Con el
significado de ‘Sin ninguna duda’ el español tiene las variantes a pie
juntillas y a pies juntillas, donde las formas singular y plural=
pie
/ pies no implican ningún cambio de significado.
Las variantes
masculina y femenina callar como un puto y callar como una puta=
i>
‘Callar de manera astuta o taimada’ son ejemplo de variación formal morfoló=
gica
de género sin cambio de significado, ni siquiera gramatical, cuando ambas se
utilizan para referirse a hombres:
(11)
Cuando hace un par de semanas pasaron Los otros p=
or Versión
española de La 2, la ex del Garci le preguntó por sus proyectos y
Amenábar calló como un puto.
(12)
El expresidente Aznar no deja de hablar. ¡Qué chico más incómodo! =
¿Qué
debería hacer? Callar como una puta<=
/i> o
decir lo que le venga en gana con la que está cayendo, ya que estamos en un
país libre.
Existen
variantes formales originadas en la derivación de alguno de los elementos d=
e la
locución, caso de la adverbial paso a paso ~ pasito a paso, l=
as
dos variantes con el significado de ‘Lenta y metódicamente’. Téngase en cue=
nta
que el ejemplo anterior no es semejante al de la derivación que desde to=
mar
el pelo origina tomadura de pelo, pues en el primero se trata de=
una
única unidad, de una sola invariante de contenido, la locución adverbial ‘L=
enta
y metódicamente’, con dos variantes formales. En cambio, en el segundo ejem=
plo,
estamos ante una locución verbal, tomar el pelo ‘Burlarse de una
persona’, de la que deriva una nominal, tomadura de pelo ‘Burla’; las
dos locuciones tienen distinto significado categorial: el de verbo y el de
nombre, aunque pueda considerarse que pertenecen a la misma serie: tomad=
ura
de pelo ‒ tomar el pelo, y tienen el mismo significado léx=
ico
‘Burl-’, pero, como se ha indicado, distinto
significado categorial por pertenecer a categorías distintas: la clase de las locuciones nominales y la =
clase
de las verbales6; el hecho de que tomar el pelo y toma=
dura
de pelo pertenezcan a clases distintas y, consecuentemente, a paradigmas
diferentes impide considerar que su significado constituya una única invari=
ante
con dos variantes formales. La misma situación se da en cambiar de chaqu=
eta
‘Cambiar de ideas o de partido por el propio interés’ ‒ cambio de
chaqueta ‘Cambio de ideas o de partido por el propio interés’, esta últ=
ima
una locución nominal neológica no registrada en el DFDEA ni en el DiLEA, aunque en este diccionario a
día de hoy no se han incluido todavía la mayor parte de las locucion=
es
nominales.
La variaci=
ón
formal puede afectar también a los determinantes o a las preposiciones que
forman parte de las locuciones. Así, para la invariante de contenido ‘Detrá=
s de
una persona o una cosa’ contamos con la variante a espaldas, sin
determinante, además de a las espaldas, con artículo determinado, y =
a sus espaldas, con el adjetivo posesivo, y =
en
relación con esta última, está a espaldas suyas. En cuanto a las
preposiciones, existen ejemplos como codo con codo, más frecuente qu=
e la
variante codo a codo, pero ambas con el significado de ‘En unión o
colaboración con otra persona’.
4. Variaci=
ón
formal léxica. Son muy numerosas las locuciones que admiten la variación fo=
rmal
de alguna de sus unidades léxicas constitutivas. Aunque con distintos grado=
s de
frecuencia, para la invariante ‘Actuar de manera inoportuna o equivocada’, =
el
español dispone, al menos, de las variantes meter la pata ~ meter el remo ~ me=
ter
la pezuña.
5. Variaci=
ón
formal en la combinación de elementos que constituyen la locución. También =
son
abundantes los casos de locuciones en las que 1) se observa un incremento o=
una
reducción de los elementos constituyentes, según el punto de vista adoptado=
: ni
poco ni mucho ni nada ~ ni poco ni mucho ‘Nada’, tocar con la
punta de los dedos ~ tocar con los dedos ‘Experimentar una cosa’=
; 2)
se aprecia una alteración del orden de los elementos constituyentes: con=
una
mano atrás y otra delante ~ con una mano delante y otra atrás ‘S=
in
nada de dinero o bienes’; o 3) se registran variaciones que afectan en ampl=
io
grado a la combinación de los elementos constituyentes: estar como un pa=
n
~ estar de toma pan y moja ~ estar más bueno que el pan ~ =
estar
para mojar pan ‘Ser muy guapo o atractivo’, y ello sin tener en cuenta =
que
el elemento bueno admite variación en género y número en relación co=
n la
referencia que tiene el sujeto de la locución, variación que corresponde a
diferencias en el significado gramatical y que no da lugar a variantes en el
sentido examinado en este trabajo:
(13)
que había es=
tado
con él de lo más simpática y que vaya chavala, que estaba más buena que el pan.
(14)
‒ A Leo no me lo creo. O me lo creo lo mismo que a los y=
las
que salen en la tele anunciando páginas web para ligar. Si están más buenos que el pan, ¿para qué necesitan ligar por internet?=
Las posibilidad=
es de
variación formal en la combinación de elementos de las locuciones son
múltiples, lo que provoca una cierta disparidad que dificulta su clasificac=
ión,
si bien lo importante no es tanto su ordenación en clases cuanto el registr=
o en
los diccionarios.
3.2 La variació=
n no
marcada y la variación marcada
Se pueden encon=
trar
numerosos ejemplos de locuciones cuya variación puede calificarse de no mar=
cada
en el sentido de que el uso de una u otra variante de la locución es neutro=
; es
decir, las diferentes variantes fraseológicas de una invariante de contenid=
o pueden
aparecer indistintamente en una gran diversidad de contextos, hecho que es
representado mediante la ausencia de una marca que las caracterice en los
diccionarios. Ocurre esto con estas ocho variantes de la invariante de
contenido ‘Sin avergonzarse’: con la cabeza alta ~ con la cabe=
za
bien alta ~ con la cabeza muy alta ~ con la frente alta ~ c=
on
la frente bien alta ~ con la frente erguida ~ con la frente
levantada ~ con la frente muy alta. Así, por ejemplo, la variante c=
on
la frente muy alta se registra en una noticia publicada en la página we=
b de
la Universidad Católica de Valencia; la variante con la frente bien alta=
,
en la revista TribunaOlímpica; por su pa=
rte, con
la frente alta está incluida en la novela El Supremísimo de Luis
Ricardo Alonso; y el CREA incluye una ocurrencia de la variante con la
cabeza alta en la modalidad oral de la lengua. Los usos mencionados de
estas variantes se ejemplifican, respectivamente, en los siguientes fragmen=
tos,
que muestran, además, la diversidad de contextos en los que se documenta la
invariante de contenido ‘Sin avergonzarse’ y que evidencian que la sustituc=
ión
de una variante por cualquiera de las otras no produce ningún cambio de val=
or o
de función.
(15)
No tengamos m=
iedo
de hablar de Dios ni de mostrar los signos de la fe con la frente muy alta ~ con la f=
rente
erguida.
(16)
Las guerreras se fueron con la frente bien alta =
span>~ con l=
a cabeza
alta y deben ser recibidas como auténticas campeonas por todo =
su
torneo, por su pundonor y el buen balonmano que han practicado del principi=
o al
fin.
(17)
El nuevo hospital con sus ochenta y nueve camas es el primero de su
clase en la América Latina y puede parangonarse con la frente alta ~ con la =
cabeza
bien alta con los mejores de Europa y los Estados Unidos.
(18)
alguien
me miraba y yo agachaba la cabeza y y me daban =
ganas
de llorar, me sentía muy mal y Víctor me reñía mucho. Decía: “Una tía que
siempre ha ido con la cabeza alta ~ con la
cabeza muy alta y
que se ha reído de todo, no, no te vas a dejar influenciar a este nivel”.
Frente a la var=
iación
no marcada, la marcada surge porque las locuciones, como la lengua, varían,
cambian, se modifican a) con el paso del tiempo, b) con el tránsito de una =
zona
a otra, c) en su utilización por los distintos hablantes (jóvenes, adultos,=
hombres,
mujeres, con estudios, sin estudios, etc.), que las emplean d) en diferentes
situaciones comunicativas (formal, informal, etc.) y e) para distintas
modalidades de la lengua (oral, escrita, etc.). Con el término variación
marcada se quiere indicar que una variante de una locución es propia,
específica, de alguna sincronía o estado de lengua, de una diatopía,
de hablantes caracterizados por un factor social, de alguna situación
comunicativa o de alguna modalidad de lengua. Se dan, de este modo, distint=
os
tipos de variación marcada.
1. Variación
diacrónicamente marcada. Las variantes cerrarse a la banda y cerr=
arse
en banda, correspondientes a la invariante de contenido ‘Obstinarse en =
una
actitud o mantenerse firme en una idea negándose a aceptar una opinión’, es=
tán
marcadas diacrónicamente dado que el CORDE ofrece 10 ocurrencias de la prim=
era
variante, frente a 3 de la segunda. Por su parte, el CREA muestra solo 2
registros de la primera y 44 de la segunda. Los datos permiten, pues, afirm=
ar
que la variante cerrarse a la banda tiene un marcado carácter no act=
ual,
al contrario que cerrarse en banda.
2. Variación diatópicamente marcada. La invariante de contenido
‘Soportar resignadamente una situación desagradable’ se expresa en el españ=
ol
de España mediante la variante aguantar mecha, que tendría su
correspondiente en las mexicanas aguantar bala y aguantar vara,
según la marcación diatópica del DA y las respectivas paráfrasis def=
initorias:
‘Soportar una situación adversa’ y ‘Soportar alguien=
i> con
tranquilidad, buen ánimo o entereza situaciones difíciles, adversas o moles=
tas’.
Las variantes del español de España mover el esqueleto y mover las
tabas ‘Bailar’ se corresponden con la variante echar un pie de C=
uba,
Puerto Rico y Venezuela, marcación diatópica asignada por el DA. Las
variantes del español de España tocar las pelotas ~ tocar los coj=
ones
~ tocar los huevos ‘Molestar o fastidiar a una persona’ podrían
considerarse equivalentes de las variantes argentinas hincharse las guin=
das
~ hincharse los cocos ~ hincharse los quinoc=
hos
‘Fastidiar’, a partir de la definición y la marcación diatópica de estas
últimas en el DA.
3. Variación diastráticamente marcada. Sin tener suficientes
investigaciones de carácter sociolingüístico, es complejo documentar locuci=
ones
con variantes que estén marcadas en función de las características sociales=
de
los hablantes. Con todo, los corpus a partir de los que se ha confeccionado=
el DiLEA (Penadés Mar=
tínez
2020a) muestran que la variante hasta el coño ‘En situación de hartu=
ra o
cansancio total’ es usada por las mujeres y se refiere a ellas, mientras qu=
e hasta
la punta del nabo la utilizan los hombres y se refiere a ellos. De mane=
ra
análoga, las variantes quedarse para vestir santos ~ quedarse para
vestir imágenes tienen un sujeto referido a una mujer; por el contrario=
, cambiar
el agua a las aceitunas ~ cambiar el agua al canario ‘Orinar’ ti=
enen
como referencia del sujeto un hombre. Más complejo, pero semejante, es el
análisis de las variantes pedir la mano y pedir su mano
‘Solicitar permiso para casarse con una mujer’; la primera presenta como
combinatoria un actante [alguien] sujeto, referido a un hombre, y un actante
[de alguien] complemento del nombre mano, referido a una mujer; la
segunda variante solo se combina con un actante [alguien] sujeto, que de nu=
evo
se refiere a un hombre, mientras que el posesivo su remite a una muj=
er:
(19)
Las cosas no pueden plantearse así. Es como si uno fuera a pedir la mano de una bella seño=
rita y
antes del encuentro familiar arreara un guantazo al padre de la niña.
(20)
Diego Marcilla e Isabel Segura se conocían desde niños y descubrie=
ron
que estaban enamorados. Diego pidió =
su
mano [de Isabel].
4. Variación diafásicamente marcada. Existen numerosas variantes q=
ue
exigen para un uso adecuado tener en cuenta bien la marca diafásica de la
situación comunicativa para las que son pertinentes, bien la modalidad de
lengua que les corresponde. La primera posibilidad es propia de las variant=
es
marcadas ya sea como informales, ya sea como vulgares, o de las que carecen=
de
marca por tener un uso neutro; ocurre así con hasta las cejas, ha=
sta
los cojones y hasta la médula ‘Completamente’. Los siguientes
ejemplos muestran, respectivamente, que la primera es propia de una situaci=
ón
conversacional prototípica de mínima formalidad ‒está marcada como
informal‒, que la segunda se sitúa en un polo negativo, transgresor en
relación con la actitud del hablante ‒su marca es vulgar‒, y qu=
e la
tercera es neutra, no está marcada por su utilización en situaciones formal=
es o
informales ni por una posible actitud transgresora adoptada por el hablante=
:
(21)
El felipismo ha dejado el país (el país
geográfico, no el rotativo) esquilmado y endeudado, empeñado hasta las cejas, cincuenta billones =
de
pesetas o por ahí.
(22)
España se cree un país desarrollado... jajaja, mira su economía ah=
ora,
jaja, en puta crisis por no pensar en el futuro y endeudarse hasta los cojones.
(23)
Privado de sus principales resortes económicos, el régimen autocrá=
tico
y corrompido hasta la médula de
Mobutu Sese Seko su=
po
entonces que tenía los días contados.
Respecto a la m=
odalidad
de lengua propia de las variantes de una locución, no es habitual que los
diccionarios informen mediante marcas sobre el registro oral, escrito, etc.=
que
les pueda corresponder7 para que no se creen desajustes en su
utilización. No obstante, es posible encontrar obras lexicográficas que señ=
alan
la modalidad de lengua. Un ejemplo de esto es el Di=
LEA,
pues ofrece datos en relación con esta cuestión en el campo “Otras
informaciones” de algunos artículos lexicográficos. De las variantes alz=
ar
los hombros, encoger los hombros y levantar los hombros ‘=
Mostrarse indiferente, generalmen=
te
realizando el gesto de levantar los hombros’ se informa que se utilizan en obras literarias o=
en
narraciones como indicación del narrador sobre un personaje.
3.3 El cambio
semántico
La cuestión del
cambio semántico ha sido objeto de estudio para la semántica desde su
constitución, pues, justamente, esta ciencia se originó con el establecimie=
nto
de leyes para explicar la evolución del significado de las palabras. Tambié=
n la
semántica tradicional (Ullmann 1991) se ocupó de este aspecto de las lengua=
s al
desarrollar los tipos de cambios semánticos y al analizar la metáfora y la
metonimia como dos de las categorías en que se clasifican. Los cambios sufr=
idos
por las unidades, cuando afectan a su significado, pueden dar lugar a unida=
des
polisémicas, a unidades que tienen más de un significado.
Las locuciones =
no son
ajenas al fenómeno de la polisemia (Penadés Mar=
tínez
2012a: 267-277) y son abundantes las que tienen dos o más significados o
acepciones, la consulta de cualquier diccionario lo prueba fehacientemente.=
En
algunos trabajos sobre la variación de las unidades fraseológicas (por ejemplo en Mogorrón Huerta=
2010:
144, 2020a: 190 y 2020b: 28-29), se considera la polisemia que afecta a muc=
has
de ellas como un tipo de variación, concretamente las que tienen al menos d=
os
significados se presentan como casos de variación de significado.
Ahora bien, com=
o en
este estudio se adopta el punto de vista de que las variantes de una locuci=
ón
implican la existencia de una única invariante de contenido, no es posible
considerar que locuciones polisémicas como las analizadas en los siguientes
párrafos constituyen ejemplos de variación de las unidades fraseológicas, s=
ino
que, más bien, se trata de locuciones que han sufrido cambios semánticos, c=
on
la consiguiente evolución del significado originada por la actuación de
distintos mecanismos lingüísticos, especialmente la metáfora y la metonimia=
.
Ureña Tormo (20=
20),
desde la perspectiva de la lingüística cognitiva, ha explicado un conjunto =
de
locuciones verbales que significan ‘Matar’ o ‘Morir’ como resultado de un
proceso en el que intervienen los mecanismos conceptuales de la metáfora y =
la
metonimia. El análisis de esta autora puede ampliarse, extenderse, para dar
cuenta de la polisemia de algunas de las locuciones que ha estudiado. Así,
teniendo en cuenta que el significado ‘Matar a una persona’ de la locución =
arrancar
la piel a tiras resulta del proceso en el que intervienen las metáforas=
la muerte es la falta de integridad corpo=
ral
y las personas son animales,=
y la
metonimia destruir la integridad por
matar (Ureña Tormo 2020: 246), se puede analizar otro significado de
esta locución polisémica, ‘Criticar duramente a una persona’; esta segunda
acepción se explica, asimismo, por el mecanismo de dos metáforas conceptual=
es: la crítica es la muerte (hablar ma=
l de
una persona es dañarla físicamente, matarla), que justificaría la vinculaci=
ón
del primer significado con el segundo, y las
personas son animales.
También en Ureña
Tormo (2020: 247) se da cuenta del significado ‘Causar muertos y heridos’ d=
e la
locución costar sangre, este explicado mediante la metonimia una consecuencia de matar por la acción de
matar. La locución es polisémica, pues significa, asimismo, ‘Costar =
gran
esfuerzo o sufrimiento’, significado al que se llega a partir de la metáfor=
a el esfuerzo es valioso y de la met=
onimia
un líquido del cuerpo humano por el
sufrimiento experimentado por el ser humano.
En el mismo art=
ículo
citado (Ureña Tormo 2020: 244), se analiza la locución dejar de sufrir=
i>
‘Morir’ a partir de la metáfora la =
muerte
es el descanso y de la metonimia una
consecuencia de morir por el proceso de morir. El mismo análisis, con
una mínima modificación, sirve también para la locución dormir el sueño
eterno ‘Ser o estar enterrado’, resultado de la metáfora la muerte es el descanso y de la
metonimia la consecuencia de morir =
por la
duración del proceso de morir. Esta locución tiene una segunda acepc=
ión
‘No ser utilizado’, en cuya formación interviene la metáfora la falta de uso es el descanso y la
metonimia la consecuencia de no ser=
utilizado
por la duración del proceso de no ser utilizado, mecanismos que perm=
iten
vincular ambos significados.
Y un último eje=
mplo
de locución polisémica. En otro trabajo de Ureña Tormo (2021), este sobre l=
as
locuciones verbales que expresan emociones, se recurre a la metáfora una emoción es la disgregación del cuerpo=
y a la metonimia la parte por el to=
do
para explicar la locución partirse el alma con el significado de ‘Se=
ntir
mucha pena o compasión’. Esta locución tiene otros dos significados, ‘Matar=
se’
y ‘Trabajar o esforzarse mucho’, que los mecanismos de la metáfora y la
metonimia también permiten explicar. En ‘Matarse’ interviene la metáfora la muerte es la disgregación del cuerpo=
span>
y la metonimia la causa por el efec=
to o la consecuencia (la persona que se
parte el alma a sí misma (causa) se provoca la muerte (efecto o consecuenci=
a)).
De manera análoga, en ‘Trabajar o esforzarse mucho’ actúan los mecanismos d=
e la
metáfora una ocupación retribuida o=
un
esfuerzo es la disgregación del cuerpo y, en este caso, la metonimia=
el efecto o la consecuencia por la causa (a una persona se le parte=
el
alma (efecto o consecuencia) como consecuencia de haber trabajado o haberse
esforzado mucho (causa)).
El estudio de la
polisemia de las locuciones, como resultado del cambio semántico, no está t=
an
desarrollado como el de la sinonimia, la antonimia y la hiperonimia-hiponim=
ia
en estas unidades fraseológicas (Penadés Martín=
ez
2012a: 226-277). La lingüística cognitiva se muestra como una vía interesan=
te
para llevar a cabo investigaciones sobre esta parcela, bien entendido que n=
o se
trata de variación en las unidades fraseológicas, sino de evolución y cambi=
o de
significado, lo que implica adoptar una perspectiva diacrónica y semántica,=
no
formal.
Tampoco constit=
uyen
casos de variación la sinonimia y la antonimia, en contra de la visión
mantenida en relación con las locuciones por algunos autores8; es
decir, las locuciones entre las que se establece la relación de sinonimia y=
de
antonimia no son variantes en el sentido visto aquí, aunque las locuciones
sinónimas tengan el mismo significado. La distancia formal entre liar el
petate, tomar las de Villadiego y poner tierra por medio, todas =
con
el significado de ‘Marcharse’, es tan amplia ‒de hecho, es una difere=
ncia
formal total‒ que no cabe considerarlas variantes formales, sino
variantes contextuales en distribución libre o en distribución complementar=
ia;
por el contrario, en agarrar el petate, coger el petate, hacer el petate=
y liar el petate, que también significan ‘Marcharse’, sí puede decir=
se
que existe variación formal ‒esta parcial‒ de tipo léxico por el
cambio de los elementos verbo (Penadés Martínez
2012a: 257-267). En cuanto a la antonimia, de ninguna manera la relación en=
tre,
por ejemplo, mirar bien ‘Sentir simpatía o agrado por una persona’ /=
mirar
mal ‘Sentir antipatía o desagrado por una persona’, o entre quedar b=
ien
parado ‘Resultar beneficiado o favorecido’ / quedar mal parado
‘Resultar perjudicado’ puede verse como variación formal léxica, puesto que=
las
locuciones de cada par no se corresponden con una misma invariante de
contenido, con un mismo significado; no existe duda alguna acerca de que la
antonimia es una relación semántica entre dos unidades cuyos significados
mantienen una relación de oposición de distintos tipos (Penadés
Martínez 2012a: 237-247).
3.4 La desautomatización y el error
Existe otra
posibilidad de modificación de las locuciones que tampoco puede considerarse
ejemplo de variación en el sentido estudiado aquí. Se trata de las
modificaciones o cambios que experimentan por el proceso de desautomatización
a que pueden verse sometidas consciente o inconscientemente por parte de los
hablantes. El término desautomatización =
hay
que entenderlo tal como lo plantearon los formalistas rusos: como ruptura d=
el
automatismo de la percepción (Penadés Martínez =
2014).
Para la escuela literaria constituida por estos estudiosos la forma retorci=
da,
el uso poético de la imagen, las metáforas en poesía transfieren el objeto
descrito a un plano diferente de la realidad en el que lo habitual se convi=
erte
en extraño; dicho de otro modo, el arte como recurso de extrañamiento prese=
nta
lo habitual bajo una nueva luz, lo sitúa en un contexto inesperado. El arti=
sta
contrarresta el empuje de la rutina y de la costumbre arrancando el objeto =
de
su contexto habitual; el poeta le da un golpe de gracia al clisé verbal, al
lenguaje habitual, y nos obliga, como sujetos perceptores, a una percepción=
más
elevada de las cosas.
Esta doctrina p=
oética
puede extenderse al análisis de las unidades fraseológicas. Las locuciones =
constituyen
el paralelo de lo que, en la poética del formalismo ruso, son los términos
habituales, el clisé verbal, pues forman parte del uso lingüístico corrient=
e.
El emisor que las desautomatiza con modificacio=
nes
creativas en el significante, primero produce un extrañamiento de la locuci=
ón desautomatizada al presentarla bajo una nueva forma y=
, en
segundo lugar, le ofrece al receptor el referente de la locución bajo una n=
ueva
luz, en la esfera de una nueva percepción.
Un ejemplo hará=
más
comprensible lo indicado. En el siguiente fragmento, el emisor utiliza la
locución verbal ponerle el cascabel al gato ‘Atreverse a realizar un=
a acción
difícil’ aplicándole conscientemente una serie de modificaciones en el
significante que conducen a desautomatizar la f=
orma
en la que el receptor conoce la locución, lo que provoca un extrañamiento q=
ue
le permite al emisor referirse a la corrupción con una nueva mirada, la que=
la
presenta como un gato que los políticos deben atajar de manera conjunta.
(24)
Las
modificaciones formales de la locución han consistido, por una parte, en
tematizar los constituyentes el gato suprimiéndolos de la posición f=
inal
de la locución ‒lo que conlleva acortar su forma‒ y trasladándo=
los
a una posición bastante más adelantada, y, por otra, en modificar
sintácticamente los elementos el gato añadiendo el complemento de=
la
corrupción, lo que crea una anomalía semántica, puesto que corrupció=
n
no puede ser dicho de gato.
En (24) =
se
da una modificación conscientemente producida por el emisor del fragmento c=
on
una determinada voluntad estilística en este ejemplo, pero puede ser lúdica,
publicitaria, etc. en otros. Existen, no obstante, casos en los que el emis=
or
no es consciente, no se da cuenta de la modificación que provoca en el
significante, por lo que hay que interpretarla como un error o una
equivocación. Con toda seguridad, para muchos lectores es conocido el caso =
de
la modelo Sofía Mazagatos, que
utilizó la locución adverbial en el candelero ‘De actualidad o disfrutando circunstancialmente =
de
popularidad, fama o importancia’ bajo la forma en el candelabro al
declarar que le gustaban “los toreros que están en el candelabro”; el error=
, la
equivocación, muy bien pudo producirse por la semejanza de significante y
significado entre las palabras candelero y candelabro, pero lo
importante ahora es señalar que dio origen a una modificación, a un cambio =
no
buscado, no deseado, que no debe entenderse como una variación formal léxic=
a.
Las
modificaciones presentadas en este apartado tienen una particularidad, son
individuales, no pertenecen al acervo común de la lengua, no están codifica=
das
y no son registradas, por tanto, en los diccionarios; en consecuencia, no
pueden interpretarse como ejemplos de variación formal de las locuciones,
aunque se trate de una única invariante de contenido asociada a formas
distintas.
4. Para la enseñanza de la variación en ELE
Llegados a este
punto, es fácil deducir que el estudiante de español como segunda lengua o
lengua extranjera debe ser consciente de la variación formal que presentan =
las
unidades fraseológicas y, en particular, las locuciones. En consecuencia, e=
sta
es una cuestión cuya enseñanza debe ser abordada por el profesor, especialm=
ente
la variación marcada, por la necesidad de dar a conocer las variantes propi=
as
de las distintas zonas en las que se habla español, las variantes
correspondientes a características sociales de los hablantes, las variantes
adecuadas a distintas situaciones comunicativas y las variantes específicas=
de
diferentes modalidades de lengua. Por supuesto, también la variación no mar=
cada
debe ser tenida en cuenta, puesto que su conocimiento facilita una diversid=
ad
estilística útil para la producción oral y escrita de los aprendices; piéns=
ese
en las posibilidades que puede ofrecer saber que no existen diferencias de
significado al usar las formas a espaldas, a las espaldas, a sus espalda=
s
o a espaldas suyas, o bien con la cabeza alta, con la cabeza bien
alta, con la cabeza muy alta, con la frente alta, con la frente bien al=
ta,
con la frente erguida, con la frente levantada o con =
la
frente muy alta.
Los documentos =
que
regulan la enseñanza de ELE recogen, de manera general, esta exigencia. Así=
, para
el MCER (Consejo de Europa 2002), la competencia sociolingüística
comprende el conocimiento y las destrezas necesarias para abordar la dimens=
ión
social del uso de la lengua: marcadores lingüísticos de relaciones sociales,
normas de cortesía, expresiones de sabiduría popular (refranes, modismos,
expresiones), diferencias de registro, dialecto y acento (la cur=
siva
es nuestra). Por su parte, el PCIC (Instituto Cervantes 2006), aunqu=
e de
manera poco concreta, se refiere, en sendos apartados, “Norma lingüística y
variedades del español”, y “Saberes y competencias socioculturales”, a las
varias normas cultas que pertenecen a diferentes localizaciones geográficas=
y al conocimi=
ento,
basado en la experiencia, sobre el modo de vida, los aspectos cotidianos, la
identidad colectiva, la organización social, las relaciones personales,&nbs=
p;etc. que se da=
n en
una determinada sociedad. Tanto las normas cultas de la geografía del españ=
ol
como las competencias socioculturales relativas a las sociedades en las que=
se
habla esta lengua están vinculadas a las unidades lingüísticas ‒inclu=
idas
las unidades fraseológicas‒ y se manifiestan en ellas, de manera que =
el
conocimiento de su variación resulta inexcusable.
Puede constitui=
r un
problema para el profesor obtener datos sobre la variación en las locucione=
s,
dados los múltiples aspectos bajo los que este fenómeno se manifiesta. No
obstante, no hay que olvidar que, en general, los diccionarios de lengua y,
sobre todo, los buenos diccionarios de unidades fraseológicas ofrecen
información sobre las cuestiones que atañen a la variación, pues recogen las
distintas formas de las locuciones a través del registro de sus diferentes =
lemas,
con la salvedad de que a todos debe corresponderles la misma invariante de
contenido, el mismo significado, la misma paráfrasis definitoria.
En cuanto a las variantes marcad=
as
de una invariante de contenido, es habitual en lexicografía señalar, si bie=
n de
manera más o menos acertada, mediante las marcas correspondientes, su
pertenencia a una sincronía o a un estado de lengua no actual, a una diatopía concreta, a una diastra=
tía
específica o a una diafasía
particular, de manera que el uso de la variante en un texto contribuya a
caracterizarlo como propio de la variedad lingüística implicada, en eso
consiste el valor o la función de la marca asignada.
Claro está que no siempre los diccionarios de que dispone=
el
profesor están elaborados de la manera más adecuada posible para tratar
lexicográficamente la variación no marcada y la marcada, pero esta
circunstancia puede obviarse con el buen criterio del docente, sobre todo si
está acostumbrado a manejar diccionarios, práctica que resulta ineludible p=
ara
una docencia completa y exitosa (Ureña Tormo y Penadés=
Martínez 2020).
5. Conclusiones
De este trabajo=
se
desprenden varias conclusiones. En primer lugar, al tratar la variación en =
las
unidades fraseológicas, es necesario especificar qué se entiende por var=
iación
y por variante para no convertir estos términos en un cajón de sastre
‒el caos terminológico al que se aludía anteriormente‒ donde se
incluyen verdaderas variantes formales, junto a unidades polisémicas,
sinonímicas, antonímicas e incluso formas resul=
tado
de modificaciones creativas o de errores propios de los hablantes, en ningú=
n caso
codificadas. Para ello es fundamental partir del concepto “invariante de
contenido”, que permite establecer los límites entre lo que es variación fo=
rmal
y lo que no es en el punto en que cambia el significado por dar lugar a la
existencia de otra unidad lingüística distinta.
En segundo luga=
r,
desde la perspectiva de la enseñanza de la lengua, importa menos establecer=
una
tipología de la variación en la que encajar de manera forzada las múltiples
posibilidades que las locuciones ofrecen, que reconocer la relación formal
entre dos variantes que difieren en la grafía, en la fonética, en la
morfología, en el léxico o en la combinación de los elementos constituyente=
s.
En tercer lugar=
, los
aprendices de español como lengua extranjera deben ser conscientes de las
posibilidades que las unidades fraseológicas ‒y las locuciones en
concreto‒ ofrecen en cuanto a cambios y modificaciones formales. Esta
variación puede tener simplemente una función estilística, cuando es no
marcada, y un valor lingüístico, si es marcada, que necesariamente debe ser
conocido, pues caracteriza usos actuales o no actuales de la lengua y modos=
de
expresión distintos por su localización geográfica, diferentes por la
adscripción social de los hablantes, variados por la situación comunicativa=
en
que se produce una emisión lingüística y diversos por la modalidad de la le=
ngua
utilizada.
Finalmente, en =
la
tarea de trabajar la variación en fraseología en el aula de ELE, con el
objetivo de presentarla y practicarla, el profesor cuenta con la inestimable
ayuda de los diccionarios, que le permitirán determinar, a partir de las
definiciones del significado de las locuciones, si determinados ejemplos
corresponden o no a casos de variación formal, obtener las varias formas de=
una
locución mediante los distintos lemas registrados en el diccionario y conoc=
er
la marca que determina un uso adecuado a las características del emisor, del
receptor y de la situación comunicativa.
NOTAS
1 Las locuciones utilizadas para ilustrar el conte=
nido
de este trabajo, así como sus definiciones y los ejemplos en que se incluye=
n,
están tomadas del DiLEA, diccionario que=
no ha
sido elaborado con una orientación didáctica; no obstante, para saber el ni=
vel
de referencia que les correspondería en ELE pueden consultarse el DICLOC=
ADV,
el DICLOCNAP y el DICLOCVER, si bien hay que tener en cuenta =
que
el DiLEA registra un número de locuciones
mayor que los diccionarios elaborados desde la perspectiva de la enseñanza =
de
la lengua, que algunas de las citadas no figuran en los diccionarios didáct=
icos
y que algunas definiciones del DiLEA =
difieren
de las existentes en estas otras obras lexicográficas por haberse examinado=
un
mayor número de fragmentos que las incluyen.
2 Distintas aportaciones con comentarios sobre ell=
as
pueden verse en Penadés Martínez (2012a: 36-41)=
, Penadés Martínez (2015: 28-45) y Ureña Tormo (2019: 4=
0-46).
3 Idiomaticidad se ref=
iere a
la característica, propiedad o rasgo de las unidades fraseológicas que
determina en ellas la existencia de un significado que no puede establecers=
e a
partir del significado de los elementos que las constituyen (Penadés Martínez 2015: 36-38), por ejemplo
la locución verbal ladrar a la luna, cuyo significado, ‘Protestar o
manifestar enojo inútilmente’, no viene dado por los elementos ladrar y luna.
4 Sirvan de ejemplo los trabajos de Alvarado Ortega
(2008), Carneado Moré (1985), Corpas Pastor y Mena Martínez (2003), García-=
Page
(1996), García-Page (1999), García-Page (2011), Koike<=
/span>
(2001), Mogorrón Huerta (2010), Montoro del Arco
(2004), Montoro del Arco (2005), Ortega Ojeda y González Aguiar (2005),
5 Corpas Pastor (1996: 28-29), García-Page (2008:
213-315), Mellado Blanco (2004: 153-195), Monto=
ro del Arco (2006: 49-66), Penadés<=
/span>
Martínez (2012a: 46-58), Penadés Martínez (2015:
131-145 y 173-179) y Zuluaga (1980: 106-110).
6 Los términos significado léxico y significado
categorial se emplean =
en
el sentido en el que los utiliza Coseriu (1977: 248 y 1987: 136-137), el
primero referido al qué de la aprehensión del mundo extralingüístico y el segundo, al cómo de 7
Constituye una excepción el DFDEA, que utiliza la marca literario=
en el artículo lexicográfico de ciertas locuciones. Ahora bien, esta es una
marcación no exenta de problemas (Penadés Martí=
nez
2020b: 41-43). 8
Consideran la sinonimia como variación autores como, por ejemplo, Corpas Pa=
stor
(1996: 27-30); Corpas Pastor y Mena Martínez (2003: 185-186); García-Page
Sánchez (2008: 236-237); o Zuluaga (1980: 106-110). Por su parte, incluyen =
la
antonimia dentro de la variación, por ejemplo, Corpas Pastor y Mena Martíne=
z (2003:
187-188); Mellado Blanco (2004: 186-190); u Ortega Ojeda y González Aguiar
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dans les
constructions verbales esp=
agnoles.
Lingvisticæ Inve=
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33:1: 86-151.la aprehensión del mundo extralingüístico, este
último permite diferenciar el significado categ=
orial
de sustantivo, adjetivo, verbo y adverbio en unidades que tienen el mismo significado léxi=
co. En el ejemplo
del texto, se trata de la<=
/span> distinción entre una locución
nominal y una verbal con e=
l
mismo significado léxico.Fraseologismos=
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