MIME-Version: 1.0 Content-Type: multipart/related; boundary="----=_NextPart_01D84B48.090C7710" Este documento es una página web de un solo archivo, también conocido como "archivo de almacenamiento web". Si está viendo este mensaje, su explorador o editor no admite archivos de almacenamiento web. Descargue un explorador que admita este tipo de archivos. ------=_NextPart_01D84B48.090C7710 Content-Location: file:///C:/AB793E4E/4.Bortolon.htm Content-Transfer-Encoding: quoted-printable Content-Type: text/html; charset="windows-1252"
<= o:p>
Revista Nebrija =
de
Lingüística Aplicada a la Enseñanza de Lenguas (RNAEL) IS=
SN
1699-6569<=
o:p> Vol. 16 Núm.=
32
(2022) =
doi: 10.26378/rnlael1632475 Recibido:
30/01/2022 / Aprobado: 20/03/2022 Publicado bajo licencia de Creative Commons Reconocimiento Sin Obra Derivada 4.0
Internacional
Entre cognición y discurso. Aproximaciones sobre el potencial metafórico de algunas unidades= fraseológicas referidas <= span class=3DGramE>a estados de las personas<= o:p>
Between
cognition and discourse. Approaches on the metaphorical potential of some
phraseological units referring to states of a person
Mariela Andrea =
Bortolon
Universidad
Nacional de Córdoba, Argentina
RESUMEN
A partir de un aborda=
je
metafórico de la fraseología, el propósito de este artículo es analizar des=
de
un enfoque multidimensional de la metáfora tres unidades fraseológicas del
español de Argentina actualmente en vigencia referidas a estados de una per=
sona
en contextos reales de uso. La perspectiva adoptada en el análisis metafóri=
co
no solo tiene en cuenta el plano cognitivo, sino también aspectos lingüísti=
cos,
discursivos y culturales, necesarios para complementar la noción de idiomaticidad de los fraseologis=
mos.
Con estas herramientas, se intentan delimitar los sentidos que adquieren las
unidades fraseológicas examinadas en los diferentes contextos discursivos e
interpretar sus motivaciones.
Palabras clave:
fraseología, metáfora, discurso, español de Argentina, estados de la person=
a.
ABSTRACT
Based on a metaphorical approach to
phraseology, the purpose of this article is to analyze=
three phraseological units of Argentinian Spanish currently in force referr=
ing
to states of a person in real contexts of use, from a multidimensional appr=
oach
to metaphor. The perspective adopted in the metaphorical analysis not only
considers the cognitive level, but also linguistic, dis=
cursive
and cultural aspects, which are necessary to complement the notion of
idiomaticity of phraseologisms. With these tool=
s, an
attempt is made to identify the meanings acquired by the phraseological uni=
ts
examined in different discursive contexts and to understand their motivatio=
ns.
Keywords: phraseology, metaphor, discourse,
Argentinian Spanish, states of a person.
1.&n= bsp; INTRODUCCIÓN<= o:p>
=
En
las últimas décadas, los fraseologismos han sido
reconocidos como elementos centrales del lenguaje. Se trata de construccion=
es
que se generan en virtud de la necesidad de los hablantes de una lengua de
comunicar conocimientos, creencias, sensaciones y emociones y permiten expr=
esar
ideas más o menos complejas que, a su vez, revelan los valores y estructura=
s de
pensamiento que caracterizan a una determinada cultura.
Asimismo, el =
peso
otorgado a la metáfora a partir de la difusión de la teoría de la metáfora
conceptual de Lakoff y Johnson (1980/1998) y sus posteriores desarrollos ha
dado vida a numerosos estudios que emancipan a este tropo del ámbito de la
retórica y lo analizan como un mecanismo que compensa las limitaciones de la
capacidad cognitiva del ser humano para interpretarse a sí mismo y comprend=
er
la compleja realidad que lo circunda.
El rol que
desempeñan metáforas y metonimias en la formación de f=
raseologismos
ha sido descrito por numerosos autores (Corpas Pastor, 1996, 2003; Kövecses & Radden 199=
8; Iñesta Mena & Pamies =
Bertrán
2002; Dobrovol'skij & =
Piirainen,
2005, 2010, 2018; Gibbs, 2007; Dobrovol'skij, 2=
007; Luque
Durán & Pamies Bertrán, 2008; García Page, =
2008),
quienes han demostrado su relevancia como herramienta eficaz en la construc=
ción
y comprensión de los significados figurados de ciertas construcciones
fraseológicas.
Si bien existen abundantes investigaciones sobre el
vínculo entre fraseología y metáfora, suelen concentrarse casi exclusivamen=
te
en el plano cognitivo, sin tener en cuenta otros aspectos que podrían
enriquecer la percepción de las variables que intervienen en el uso efectiv=
o de
los fraseologismos en el discurso.
El presente
artículo tiene por finalidad principal investigar acerca del potencial
metafórico presente en tres unidades
fraseológicas (en adelante, UFS) del español de Argentina actualmente en
vigencia referidas a estados de la persona desde un enfoque multidimensiona=
l,
que tiene en cuenta no solo el plano cognitivo, sino también el lingüístico=
, el
discursivo y el cultural.
La selección =
de
las UFS analizadas respeta los siguientes criterios:
●Han sido empleadas en los últimos tres años.<= o:p>
●Han sido utilizadas espontáneamente para desc=
ribir
estados propios y ajenos.
●Los usuarios de la red social son hablantes
argentinos de cualquier rango etario.
●Refieren a estados personales de orden físico,
intelectual, social o emocional.
A los fines de
seguir estos parámetros, se recurrió a la red social Twitter que, por su
agilidad de utilización, se recurrió a la red social Twitter que, por su
agilidad de utilización, las características de los usuarios y la brevedad =
de
los contenidos publicados constituye una fuente adecuada para la recogida de
datos. Dentro de la multiplicidad de tuits, recopilamos numerosos ejemplos =
de
uso de tres UFS con motivación metafórica, de los cuales extrajimos aquellos
más representativos para el análisis.
Si bien sabem=
os
que resultaría productivo relevar la frecuencia de uso de las expresiones
seleccionadas en la variante de Argentina, por razones de pertinencia no he=
mos
incluido esta cuantificación en virtud de que se trata de una investigación=
de
índole cualitativa y descriptiva.
Los estudios
previos sobre la temática constituyen el punto de partida que nos permite
concentrarnos en la relación entre
fraseología, idiomaticidad y metáfora.
Posteriormente, describimos someramente las nociones fundamentales de la te=
oría
de la metáfora conceptual y argumentamos a favor de un análisis ampliado, <=
/span>integre
otras variables para indagar sobre el empleo de los fr=
aseologismos
en los discursos concretos. Continuamos con la exposición de los resultados
desde los puntos de vista cognitivo, lingüístico, social y cultural, cuya d=
iscusión
nos habilita a plasmar las conclusiones del trabajo.
2. ESTE ESTUDIO
A continuación, expondremos las principales categorías teóricas que
sustentan nuestro trabajo. En primer lugar, analizaremos el aspecto idiomát=
ico
de los fraseologismos y su relación con la metá=
fora.
Posteriormente, enunciaremos las premisas fundamentales de la teoría de la
metáfora conceptual propuesta por Lakoff y Johnson (1980/1998) y, para finalizar, presentaremos los
principios de una aproximación dinámica de la metáfora, que consideramos la
perspectiva más rentable en nuestro estudio.
2.1 Fraseologismos, idiomaticidad y
metáfora
Corpas Pastor
(1996, p.20) define las UFS como “unidades léxicas formadas por más de dos
palabras gráficas en su límite inferior, cuyo límite superior se sitúa en el
nivel de la oración compuesta”, las cuales se caracterizan por una alta
frecuencia de uso, la coaparición de los elemen=
tos
que las integran; así como también por su institucionalización, su capacida=
d de
idiomaticidad y variación y por el grado en que=
estos
aspectos se manifiestan.
Las UFS
seleccionadas para nuestro análisis satisfacen los requisitos característic=
os
de este tipo de construcciones (Corpas Pastor, 1996; García Page, 2008): pluriverbalidad, frecuencia, fijación, especialización
semántica e institucionalización. En efecto, se trata de combinaciones de d=
os o
más términos, relativamente estables a causa de la repetición frecuente y
ordenada de sus componentes, por lo que se las considera legitimadas por el
uso. Asimismo, existe una relación biunívoca entre la UF y la interpretación
semántica realizada por los hablantes (Corpas Pastor, 1996) que habilita su
lexicalización, esto es, la adición o supresión semántica respecto a su
significado original. Por su carácter de construcciones estables y fraseologizadas, las UFS también se consideran instit=
ucionalizadas
en el sentido de que son adoptadas por una comunidad lingüística y pasan a
formar parte de su acervo lingüístico-cultural, de su vocabulario y se empl=
ean
en la comunicación cotidiana (García Page, 2008). En este sentido, las UFS
pueden transformarse en productos culturales que identifican una comunidad =
de
habla; pueden incluso convertirse en universales fraseológicos compartidos =
por
otras comunidades lingüísticas, o bien, son susceptibles de ser utilizadas =
solo
durante un determinado período de tiempo.
En este traba=
jo
nos interesa específicamente el principio de idiomatic=
idad,
definido por García Page como una característica semántica prototípica por =
la
cual “el significado global de la expresión no es deducible de la suma o
combinación de los significados individuales de sus partes constituyentes”
(2008, p. 388). Si bien esta propiedad no se manifiesta concretamente en to=
das
las UFS, está presente de manera potencial en cada una de ellas.
La idiomaticidad de las UFS reside en la capacidad de
presentar, además de su significado denotativo literal, un significado figu=
rado
o idiomático que deriva de algún tipo de transposición semántica, que no
permite la acumulación de los sentidos de cada uno de sus componentes. El
empleo de la UF en uno u otro sentido suele depender de componentes externo=
s a
la UF, cuya importancia sería equivalente a la de sus elementos internos. En
ese sentido, la variable cultural que impregna las UFS “favorece el bloqueo=
del
sentido literal o su utilización exclusiva en un contexto o situación muy
determinada” (García Page, 2008, p. 391). Pensemos, por ejemplo, en la UF
“correr la liebre”, que solo podría emplearse literalmente en una situación
comunicativa específica (una competición deportiva o un evento de caza),
mientras que se utiliza mayoritariamente con el sentido figurado de “sufrir
penurias económicas”.
Entre los
mecanismos que activan la idiomaticidad de las =
UFS
destacamos la metáfora y la metonimia (Corpas Pastor, 1996; García Page, 20=
08; Olza Moreno, 2009, 2011). Para reforzar la idea del párrafo anteri=
or,
esta última autora, parafraseando a Belinchón (1999, citado en Olza Moreno, 2009) afirma, además, que en la base de =
los
procesos de generación de estos tropos y de las UFS aparece una información
implícita que responde tanto a las intenciones y actitudes del hablante com=
o a
las maneras de concebir la realidad arraigadas en la cultura compartida por=
la
comunidad de habla.
La teoría de =
la
metáfora conceptual (en adelante, TMC) de Lakoff y Johnson (1980/1998) perm=
ite
describir el modo en que se llevan a cabo las transposiciones semánticas qu=
e se
activan a partir del significado literal de las UFS. Según esta perspectiva,
algunas UFS se producen y comprenden a partir de las correspondencias entre=
dos
dominios cognitivos, un dominio fuente, concreto y conocido, que transfiere
determinados rasgos al dominio meta, abstracto o desconocido. En el caso de=
la
UF “correr la liebre”, el mapeo entre ambos dominios revela el concepto
metafórico subyacente a la metáfora lingüística que emerge en el discurso: =
tener problemas económicos es tratar de a=
trapar
a un animal veloz. Así, del atributo prototípico de la situación de
cacería de un animal que huye velozmente de sus depredadores, se transfiere=
al
dominio meta la característica de correr detrás de algo que, por su velocid=
ad,
es muy difícil de atrapar.
En la transfe=
rencia
hacia el dominio meta, los elementos “correr” y “liebre” aportan su signifi=
cado
literal individual al significado fraseológico. Por tal motivo, destacamos =
la
capacidad del enfoque cognitivista de rescatar el significado literal que el
significado tradicional de idiomaticidad dejaba=
de
lado, por cuanto insiste en la presencia de vínculos semánticos entre el
significado extrafraseológico de los componente=
s de
las UFS y su significado figurado.
Por su parte,=
Dobrovol’skij y Piirainen=
(2005,
2010) manifiestan que la TMC no es una perspectiva del todo adecuada para
describir frases hechas o metáforas convencionales porque está planteada pa=
ra
identificar las propiedades de todas las expresiones metafóricas posibles y,
especialmente, de las metáforas novedosas, que son dinámicas. Argumentan que
las UFS convencionales son producto de su tiempo y transmiten conocimientos
culturales acumulados durante el tiempo de su vigencia en la lengua, por lo=
que
poseen funciones y valores comunicativos diferentes de los que son propios =
de
las metáforas individuales novedosas. Si bien reconocemos la capacidad de la
TMC para reconocer y describir todo tipo de metáforas, creemos que es posib=
le
aplicar este enfoque inclusive a los fraseologismos,
por cuanto la metodología de análisis no repara necesariamente en la difere=
ncia
entre metáforas vivas o muertas, convencionales o novedosas.
No obstante,
estos autores proponen la aplicación de la TMC para describir cuestiones
lingüísticas, como la existencia de huellas del dominio fuente presentes
implícitamente en la estructura del dominio meta de parte del universo de l=
as
UF (Dobrovol’skij y Piirai=
nen,
2005, p. 30). Esta particularidad se puede observar, por ejemplo, en la
expresión “estar hecho pedazos”, la cual exhibe claramente la presencia
implícita del dominio fuente OBJETO FRÁGIL, que dominio meta PERSONA. Por su
parte, los indicios provenientes del plano cultural pueden advertirse en la=
UF
“lavarse las manos”, expresión que significa eludir la propia responsabilid=
ad
en un asunto y deriva del ámbito religioso.
2.2. La
metáfora en la perspectiva cognitiva
El postulado sobre la naturaleza
metafórica del sistema conceptual formulado por la TMC y sus avances (Lakof=
f y
Johnson, 1980/1998; Johnson, 1987, 2007; Kövecses,
2003, 2004, 2010, 2017; Gibbs y Cameron, 2008; Gibbs, 2011; Hampe, 2017; 19=
99;
Lakoff, 1987; Semino, 2006; Semino
y Demjen, 2017). Este enfoque afirma que nuestr=
o modo
de comprender el mundo se realiza a través de mapeos conceptuales basados en
conexiones neuronales que, a su vez, derivan de las experiencias sensoriomotrices del cuerpo humano en su interacción =
con el
mundo que lo rodea.
Lakoff y John=
son
(1980/1998, 1999) fundamentan su teoría en tres ejes fundamentales: los
procesos inconscientes del pensamiento, la concepción del sistema conceptual
como el producto entre las características del cuerpo humano y sus modos de
interacción con los ambientes físico y cultural y el patrón cognitivo que
direcciona el mapeo conceptual desde lo concreto hacia lo abstracto.
El concepto de
corporeización (embodiment)
resulta primordial para comprender de qué modo la metáfora plasma la influe=
ncia
de las percepciones y experiencias de cada individuo, como se advierte en l=
as
expresiones metafóricas “es un bajón” o “la sube”, utilizada por los jóvenes
argentinos cuando se trata de una situación que perjudica o favorece al
hablante. En estos ejemplos, la experiencia física de la gravedad se utiliza
para estructurar el sistema conceptual en un eje vertical, a partir de las =
conceptualizaciones
negativo es abajo/positivo es arrib=
a.
La corporeiza=
ción
se ve reflejada en los modelos cognitivos idealizados Lakoff (1987), esto e=
s,
una estructura cognitiva que colabora en la comprensión de la realidad
percibida a partir de la cual organizamos nuestro conocimiento del mundo. E=
stos
modelos adoptan cuatro formas: esquemas de imágenes, marcos proposicionales,
metáforas y metonimias1.
Por otra part=
e,
las proyecciones entre dominios conceptuales suponen una característica que
resulta fundamental para nuestro análisis, y es la facultad de la metáfora =
de
destacar solo algunos aspectos del dominio fuente que son relevantes a nivel
conceptual y ocultar otros. A modo de ejemplo, en el concepto un hombre es un toro se transfiere=
n del
dominio fuente atributos tales como la fuerza, la buena salud, la bravura y=
el
coraje del animal, mientras se ocultan otros como sus dimensiones, algo que=
, en
cambio, se traslada al dominio meta en el concepto una mujer es una vaca. En esa capacidad reside el poder =
de
“encuadre'' de las metáforas, que reflejan la manera en que pensamos y actu=
amos
a partir de determinadas experiencias y percepciones.
Un primer
desarrollo de la teoría original clasifica a las metáforas según su complej=
idad
según sean primarias o complejas. Las metáforas primarias (Grady, 1997; Lak=
off
y Johnson, 1999) son aquellas que surgen de las proyecciones experienciales
directas entre dos dominios y no se pueden descomponer, como en el concepto=
el
cuerpo es un contenedor. Las metáforas primarias pueden, en cambio, formar
metáforas complejas, que pueden dividirse en conceptos más específicos e
incluso combinarse en estructuras más complejas. Es el caso de la ira es un fluido en un contenedor, de
la cual derivan los conceptos las
emociones son sustancias o la
intensidad es calor (Soriano, 2012).
Si bien ya ha=
sido
suficientemente probado que ciertas metáforas son potencialmente universale=
s en razón de su origen corporeizado, también es cierto =
que
numerosos conceptos metafóricos también son influenciados por la cultura. A=
sí,
un mismo concepto metafórico puede emerger en expresiones lingüísticas
diferentes en distintos idiomas, aunque existen metáforas conceptuales
exclusivas de una cultura o grupo de culturas, surgidas de contextos histór=
icos
y socioculturales disímiles. En ese sentido, Kövecses<=
/span>
(2003, 2004) se plantea acerca de las dimensiones capaces de influir sobre =
la
metáfora, sobre qué aspectos de este tropo denotan esa influencia, así como
también sobre las causas que originan dicha variación. Así, la variación
metafórica se ve afectada no solo por la base experimental, sino también por
las dimensiones culturales y transculturales. Al analizar el concepto la ira es un fluido en un contenedor a pr=
esión,
Kövecses llega a la conclusión de que las metáf=
oras
conceptuales universales son de nivel genérico (es decir, son primarias) y =
se
instancian en cada cultura de manera específica. En la metáfora citada, cada
cultura completa ese esquema genérico en base a sus particularidades: mient=
ras
que en muchos países occidentales la ira se conceptualiza en la cabeza, en =
Japón
el recipiente que la contiene es el vientre (Matsuki=
span>,
1995, citado en Kövecses, 2010), mientras que e=
n zulú
lo hace en el corazón.
Por otro lado=
, de
la misma manera en que cada idioma refleja la experiencia de su comunidad
lingüística, las metáforas reciben influencias provenientes de la dimensión soc=
ial
(en sus variantes de género, edad y nivel sociocultural), como detallaremos=
en
el próximo apartado.
2.3 Un enfo=
que
dinámico de la metáfora
Aunque ciertos desarrollos posteriore=
s de
la TMC cuestionan algunos de sus postulados, otros los reafirman y enriquec=
en (Musolff=
, 2004; Kövecses
2004, 2017; Cameron y Deignan, 2006; Semino, 2006; Musolff y <=
span
class=3DSpellE>Zinken, 2009; Semino y Demjen, 2017). Hampe (2017) ilustra estos avan=
ces,
que se diferencian de la teoría original por la inclusión de la variable del
uso de las expresiones metafóricas en el discurso. En opinión de Zinken (2007), la metáfora presenta restricciones de =
uso
que se caracterizan por fuertes preferencias de colocación y empleo de form=
as
léxicas precisas2, así como también por la dependencia de aspect=
os
no lingüísticos propios de las situaciones de empleo de las metáforas3=
.
Steen (2011) también coincide en las limitacion=
es que
presenta el marco cognitivo-lingüístico para abordar el análisis metafórico,
argumentando que este tropo no constituye solamente una cuestión ligada al
lenguaje y al pensamiento, sino también a la comunicación.
Estas investigaciones dan cuenta de la
superación de la noción de metáfora conceptual como una representación
cognitiva estática y su desplazamiento hacia el contexto discursivo. Por tal
motivo, las nuevas propuestas añaden la perspectiva social, como es el caso=
de
Hampe (2017), quien plantea la necesidad de implementar un modelo de anális=
is
dinámico basado en la confluencia de los enfoques conceptual-cognitivo y
lingüístico-discursivo.
Por su parte, Gibbs y Cameron (2008)
proponen un enfoque de sistemas dinámicos que integra variables corporales,
cognitivas, lingüísticas, sociales y culturales para capturar la ecología t=
otal
del comportamiento humano. Explican esta postura indicando de qué modo una
persona puede emplear determinadas metáforas ya sea para hablar de un domin=
io
conceptual abstracto (esfera cognitiva), porque no existe en su lengua una
forma de expresar significados abstractos de manera literal (esfera
lingüística), o bien, porque desea impresionar o persuadir a su interlocutor
(esfera social), o porque sus creencias, normas y valores culturales se
encuentran codificados convencionalmente en base a temas metafóricos
específicos (esfera cultural).
Para estos autores, en la metáfora
intervienen procesos discursivos que operan en una interacción dinámica
continua entre la cognición individual, la cognición social4 y el
entorno físico. Los enfoques dinámicos tratan de describir el modo en que la
interacción sistemática del cuerpo con el mundo y con otras personas
proporciona patrones coordinados de comportamiento adaptativo, que son el
producto de procesos de autoorganización tanto intra- como interpersonales.=
Por
tal motivo, el análisis de la metáfora en su realización discursiva permite
vincular la escala individual del habla con la del discurso para poder
describir la convencionalización de la metáfora a través de distintas escal=
as
temporales (desde el milisegundo hasta el tiempo evolutivo) y sociales
(dependientes del tamaño del grupo social, desde el propio individuo y su/s
interlocutor/es hasta la comunidad de habla).
Los sistemas
dinámicos también poseen un equilibrio característico de estabilidad y
variabilidad. Por ello, existen metáforas que se emplean dentro de determin=
ados
grupos para luego desaparecer gradualmente y dejar su lugar a otras nuevas.
Pensemos en la expresión “echar
flit”, que solo puede ser comprendida por
hablantes de una cierta edad pertenecientes a comunidades de habla española
geográficamente determinadas que hayan estado familiarizados con el empleo =
del
insecticida utilizado hace décadas para combatir moscas y mosquitos en los
hogares.
Por otra parte, =
Kövecses
(2003, 2019) presenta otra propuesta de análisis basada en un modelo
tridimensional que incluye:
●
●
●
Este modelo exhibe la interacción de =
los
factores culturales y experienciales que motivan las expresiones metafórica=
s en
todos los idiomas. Si bien Kövecses se muestra
favorable a un procedimiento analítico desde arriba hacia abajo -que solo
determina regularidades metafóricas-, Dobrovol'skij y
Piirainen (2005) justifican la realización de un
análisis desde abajo hacia arriba, comenzando por un examen meticuloso de l=
as
expresiones lingüísticas individuales empleadas en discursos específicos pa=
ra
luego determinar las irregularidades existentes en la semántica de las
metáforas particulares.
3. MÉTODO
En base a las reflexiones del punto
anterior, hemos seleccionado de la red social Twitter diferentes ejemplos de
uso de tres UFS referidas a estados de la persona que están en vigencia ent=
re
los hablantes del español de Argentina: “estar pasado de rosca”, “estar para
atrás” y “estar hecho un violín”. Para facilitar su clasificación y análisi=
s,
las ocurrencias se han codificado como “PR”, “A” y “V” respectivamente segú=
n la
UF a la cual se refieran, y se han enumerado por orden de aparición en este
trabajo.
Dado que el
corpus recopilado siguiendo los criterios enunci=
ados
en el apartado introductorio es relativamente extenso5 y pretend=
emos
llevar a cabo un trabajo de tipo cualitativo y descriptivo con énfasis en el
plano metafórico, hemos seleccionado las ocurrencias más ilustrativas para =
cada
concepto subyacente.
Para el análi=
sis
de su potencial metafórico, utilizamos un modelo multidimensional que trata=
de
describir los planos cognitivo, lingüístico, social y cultural (Gibbs y
Cameron, 2008), considerando particularmente el planteo sobre el nivel
individual de Kövecses (2003, 2019), que tiene =
en
cuenta la utilización concreta de las UFS en el discurso. Si bien seguimos =
la
dirección propuesta por Dobrovol'skij y Piirainen (2005), por cuanto partimos de las realizac=
iones
concretas de las UF en el discurso hasta llegar a identificar sus motivacio=
nes
cognitivas, en la exposición de los resultados hemos optado por una
presentación en sentido inverso, por considerar que puede contribuir a una
comprensión más acabada del tema.
4.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Si
bien en el análisis de las UFS seguimos la dirección propuesta por Dobrovol'skij y Piirainen=
(2005),
por cuanto partimos de sus realizaciones concretas en el discurso hasta lle=
gar
a identificar sus motivaciones cognitivas, en la exposición de los resultad=
os
hemos optado por una presentación en sentido inverso, por considerar que pu=
ede
contribuir a una comprensión más acabada del tema.
4.1 Estar pasado de rosca
Esta UF remite al concepto metafórico=
el cuerpo es una máquina y su corr=
elato
más específico la mente es una máqu=
ina.
Estas metáforas conciben al organismo y a la mente como si fueran mecanismos complejos, compue=
stos
por sistemas que actúan coordinados entre sí, de manera que todos los
engranajes de la maquinaria funcionan sincrónicamente para mantener la salud
física y mental. La rosca sería, entonces, uno de los componentes necesarios
para fijar las “piezas” que componen la mente. En su calidad de “res=
alto
helicoidal de un tornillo o tuerca” (RAE), la rosca manifiesta la capacidad implícita de dar vueltas para ajustar el
tornillo. Cuando se sobrepasa la cantidad de vueltas necesaria para
lograr el ajuste perfecto, el acople termina siendo excesivo y puede
comprometer el funcionamiento del aparato.
La lengua española ofrece variantes con
análogo significado y origen metafórico, tales como “pasarse de vuelta” o
“pasarse de revoluciones”, que también aluden a un exceso, aunque determina=
do
por el dominio fuente motor. En estos casos, el foco se traslada desde el
objeto “rosca” hacia el movimiento del objeto sobre sí mismo o alrededor de=
un
eje.
Atendiendo al debate sobre la importa=
ncia
del significado literal de los distintos componentes de la UF, notamos cómo=
el
significado literal del término “rosca” determina su significado figurado a=
través
de la proyección de su significado al ámbito de los estados emocionales.
Desde el punto de vista discursivo, en los siguientes ejemplos
advertimos de qué modo las interacciones en Twitter emplean esta UF con
diferentes sentidos:
=
Tabla 1. Usos=
de
“estar pasado de rosca”
El dominio fuente rosca
transfiere a los diferentes dominios meta su principal atributo, la capacid=
ad
de girar, que hace referencia en todos los sentidos a la idea de exceso.
Si dejamos atrás el nivel subindi=
vidual
propuesto por Kövecses (2003, 2019) y nos
concentramos en los niveles individual y supraindividual, notamos que los
distintos sentidos que adopta esta UF son perfectamente comprendidos por la
comunidad lingüística, dada la consolidación de la metáfora mecanicista del
cuerpo humano que se impuso especialmente desde el siglo XVII en la cultura
occidental. Ahora bien, se trata de empleos discursivos específicos que
seguramente dependen de variables intra- e interpersonales, es decir, de las
múltiples maneras en que cada hablante aplica la UF para expresar sensacion=
es o
emociones.
Aunque la estabilidad interna de la UF aparece afianza=
da,
ya que se mantienen relativamente inalterados el inventario de sus componen=
tes
y su orden dentro de la expresión7, en las proyecciones metafóri=
cas
que le adjudican su idiomaticidad se advierten
desplazamientos hacia dominios meta diferenciados. Estos están vinculados e=
ntre
sí en cuanto giran en torno a estados emocionales y mentales (el estrés, la
actividad excesiva, la angustia, el entusiasmo o la alteración de las
facultades mentales a causa de las drogas) y aluden a una alteración del es=
tado
normal de una persona.
=
4.2 Estar para atrás
=
Desde el punto de vista cognitivo, pa=
ra
analizar esta UF debemos recurrir a la metáfora de la “estructura del event=
o” (Lakoff, 1993, p. 220; Lakoff=
y
Turner, 2009), que conceptualiza estados, cambios y acciones en térm=
inos
de espacio, movimiento y fuerza. Esta metáfora genérica invoca el esquema de
imagen del camino, que facil=
ita la
comprensión de dominios tan abstractos como los del tiempo y la vida=
y está estructurado del siguiente modo:
-un punto de partida situado detrás.<= o:p>
-un punto de llegada situado adelante=
.
-una serie de lugares adyacentes que =
unen
el punto de partida con el de llegada.
-una dirección por la que circula el
agente. (Peña Cervel, 2003, p. 180)
La UF que nos ocupa remite cognitivam=
ente
a ese esquema y responde a la metáfora específica los cambios de estado son movimientos, vinculada con el
esquema subsidiario delante-detrás<=
/span>.
Este esquema, a su vez, constituye la base experiencial de las corresponden=
cias
metafóricas el progreso es un movim=
iento
hacia adelante/el retroceso es un movimiento hacia atrás. Como podre=
mos
notar en los ejemplos de uso de la UF, los puntos de partida y de llegada d=
el
camino no interesan tanto como el movimiento en sentido contrario, provocado
por una entidad externa al agente que provoca su regreso a un punto situado=
con
anterioridad al presente en la línea del tiempo.
Desde el punto de vista sociocultural=
, el
hecho de haber recorrido el camino en una dirección opuesta a la canónica y
estar situado en una posición de retroceso en lugar de avanzar hacia el
progreso es considerado negativo y se asocia con los conceptos positivo es
adelante/negativo es atrás, que otorgan al esquema del camino un sentido
axiológico.
Desde el punto de vista de la situaci=
ón
comunicativa, describimos los siguientes usos de esta UF:
Ejemplo de uso |
Concepto subyacente |
Estoy para atrás=
con mi físico. (A1) Delpo está para atrás y eso me da muc=
ha
bronca. (A2) Creo que es un jugador que ya está para atrás. (A3) |
est=
ar
en malas condiciones físicas es moverse hacia atrás |
Estoy para atrás del
estómago. (A4) Estaba |
est=
ar
enfermo es moverse hacia atrás |
Guido de los 8 escalones, con las preguntas de suma y
resta me hizo dar cuenta que est=
oy
para atrás con matemáticas.<=
span
style=3D'mso-spacerun:yes'> (A6) Ah, estoy p=
ara
atrás! Qué es blockchain?
(Mientras te reís de mi vejez, explicame) (A7=
) No tengo un
peso, estoy para atrás en el
colegio, y no me pierdo una joda, estoy en un cumple. (A8) |
no
tener conocimientos es moverse hacia atrás |
No tengo ganas de nada, estoy para atrás. (A9) Otra vez estoy para atrás, necesito que=
me
pase algo bueno,re=
podrido
de todo. (A10) Me di cuen=
ta que psicológicamente estoy
para atrás. (A11) |
est=
ar
desanimado es moverse hacia atrás |
No lo probé pero por el nombre seguro está para atrás. (A12) La amaba
cuando estaba con Cris morena, ahora
está para atrás con la zurdada. (A13) Está para atrás que escriban mal. (A14) |
no
corresponder con las preferencias de alguien es moverse hacia atrás |
Tabla 2. Usos=
de
“estar para atrás”
Los sentidos =
que
adquiere la UF “estar para atrás” en el uso cotidiano dan cuenta de una
variedad que va desde el plano físico hasta el cognitivo y el emocional. En=
los
primeros ejemplos, se utiliza en referencia a las condiciones físicas del
cuerpo, inclusive en el caso de los deportistas, para apuntar a su bajo
rendimiento en las competencias. Asimismo, la enfermedad también se
conceptualiza en términos de un retroceso que implica la necesidad de volve=
r a
recorrer el camino desandado para recobrar la salud perdida. En el plano
emocional, son numerosos los ejemplos del empleo de esta UF para manifestar
desánimo, depresión o cansancio mental. Se utiliza también para expresar
ignorancia o inexperiencia, así como también desagrado hacia determinados
objetos, acciones o situaciones.
En síntesis, =
en
esta UF notamos la ausencia de modificaciones creativas (Corpas Pastor, 199=
6)
de la fijación convencional de sus componentes, así como también la presenc=
ia
del significado metafórico que remite al esquema de imagen del camino que conceptualiza el tiempo. La novedad reside, justame=
nte,
en la selección de dominios meta que los hablantes individuales realizan en=
los
discursos reales.
5.3 Estar hecho un violín
Esta UF es el emergente lingüístico d=
el
concepto las personas son instrumen=
tos
musicales, vinculada a la metáfora las
personas son objetos que, al igual que con el concepto las personas son máquinas, encierr=
a una
perspectiva corporeizada que conceptualiza al cuerpo y a sus rasgos psíquic=
os
en términos físicos (Casadei, 1996). Más allá d=
e lo
experiencial, la UF está motivada por atributos culturalmente consolidados =
en
relación con el objeto violín (armonía, belleza, afinación, perfección). Es=
tas
características, que responden no solo a conocimientos sino también a creen=
cias
y valores que forman parte de la cognición socialmente compartida, son
proyectadas al dominio meta persona=
para metaforizar especialmente condiciones físicas del individuo con una
valoración positiva. Retomando la propuesta de Gibbs y Cameron (2008) señal=
amos
que, en esta UF, las esferas social y cultural prevalecen sobre la lingüíst=
ica,
ya que el sistema de la lengua española cuenta con elementos capaces de
comunicar el estado de bienestar de una persona. Su empleo obedece, en camb=
io,
a cuestiones de orden social y cultural vinculadas con el impacto que podría
tener en los interlocutores en el discurso.
Como se advierte a continuación, esta=
UF
se emplea con los siguientes sentidos:
Ejemplo de uso |
Concepto
subyacente |
Hace 6 meses estaba hecha
un violín! Ahora tirando a bandoneón. (V1) Me
fui hecha un violín y volví =
hecha
un contrabajo con todo lo que morfé en mi casa. (V2) Estoy hecho un violín...".
/ Qué bueno, yo estoy hecho un violonchelo… (V3) Bajé
5 kg, estoy hecho un violín. (V4) |
tener un peso corporal
adecuado es ser un violín |
Entrenamiento
terminado Estoy
hecha un violín, sin cuerdas=
como
diría mi viejo, pero violín a fin de cuentas. =
<=
/span>(V6) Estoy hecho un violín... no te digo un estradivarius, pero =
si uno
humildón, en buen estado. (V7) Terminé el
último entrenamiento (...), estoy hecho
un violín. Stradivarius. De 300 años. (V8) Estoy hecho un violín. De la orquesta del Titanic. (V9) Me
lo cruce a grassi está hecho un violín. /Y tiene cuerda para rato. (V10) Fui al méd=
ico
- Y que te dijo? - Que estoy hecho un violín! (con el
agregado de la fotografía de un reconocido personaje acusado de violación=
) (V11) |
estar en buenas condicio=
nes
físicas es ser un violín |
Metele una Olanzapina a la siesta=
y
te levantas hecha un violín.=
<=
/span>(V12) Yo
la hice el año pasado y estaba h=
echa
un violín. Los valores en sangre me daban todos divinos. <=
/span>(V13) |
tener buena salud es ser=
un
violín |
Tabla 3. Usos=
de
“estar hecho un violín”
Tal como advertimos anteriormente, el
sentido adquirido por esta UF en la mayor parte de los discursos se vincula=
con
el estado físico, para manifestar ya sea buena salud como un adecuado estado
del cuerpo. Son numerosas también las referencias al peso apropiado y todas=
se
refieren a las cualidades de belleza y perfección que la comunidad de habla
comparte en relación con el violín.
De todos modos, en gran parte de los
tuits el empleo de la UF está complementada por la ironía con intenciones
humorísticas. Es así como aparecen significados implícitos que mitigan la i=
dea
de perfección evidenciada por la metáfora del violín cuando los hablantes se
describen a sí mismos. En algunos ejemplos del empleo de la UF referido al =
peso
corporal, se alude a instrumentos más voluminosos como el bandoneón, el
violonchelo o el contrabajo para insinuar un aumento de peso. Del mismo mod=
o,
para describir un deterioro del estado físico se agregan al violín
características negativas. Tal es el caso de las propiedades “usado”, “sin
cuerdas”, “uno humildón”, “un Stradivarius de 3=
00
años”, “de la orquesta del Titanic”, que sugier=
en una
imperfección -e incluso, la situación contraria- respecto del prototipo ide=
al
de condición corporal.
Dejando de lado las correspondencias
metafóricas, analizamos por separado los ejemplos V10 y V11 porque dan cuen=
ta
de otro empleo muy difundido de la UF, que fusiona el violín con el término
violador por asociación fónica. A primera vista, observamos que la UF estar=
ía
siendo utilizada para expresar estados físicos. Sin embargo, en el nivel de=
los
implícitos del discurso, apela al sarcasmo a través del agregado de nombres=
o
imágenes de personajes conocidos y de la adición de rasgos que intensifican=
su
significado, como la metáfora “tiene cuerda para rato”, la cual remite al
concepto una persona es una máquina=
y hace alusión a la posibilidad de que el abusador pueda volver a cometer e=
se
delito.
En estos testimonios, la variable
cultural aparece decisiva para la comprensión del verdadero sentido de “est=
ar
hecho un violín”. Solo los hablantes del español de Argentina que hayan
conocido ciertos hechos de abuso que se evocan en estos discursos y quienes
comprendan el implícito proveniente de la asociación fónica pueden llegar
rápidamente a captar el sarcasmo velado en la UF.
Si bien en el
sistema lingüístico español existen elementos léxicos precisos para denotar=
a
quien abusa sexualmente de una persona, la UF “=
estar
hecho un violín” se utilizaría a modo de eufemismo para mitigar el efecto
ofensivo que podría provocar el término “violador” en el discurso, así como
también para generar una suerte de complicidad con el interlocutor que
interpreta el verdadero sentido de la UF8.
5. REFLEXIONES FINALES
Hemos adoptado un modelo multidimensi= onal de análisis metafórico de las UFS seleccionadas con la convicción de que una comprensión acabada de las motivaciones que las generan requiere necesariam= ente una evaluación de las correlaciones existentes entre los diferentes factores que intervienen en su formación y utilización en los discursos concretos. <= o:p>
Dicho modelo nos ha permitido ratific=
ar
en las unidades fraseológicas abordadas los resultados de estudios previos
referidos a la relevancia de la cognición social y la cultura compartida po=
r la
comunidad de habla en la creación de sentidos. Dichos sentidos terminan de
moldear los significados metafóricos generados a partir de estructuras ment=
ales
en las cuales se combinan factores experienciales y culturales.
En las interacciones discursivas real=
es,
los hablantes seleccionan el sentido que otorgan a la UF en virtud de sus
intenciones y actitudes y de la información que procuran presentar, siempre
sobre la base de los modos de concebir la realidad que atraviesan la cultur=
a de
la comunidad lingüística.
Restaría evidenciar si cada uno de los
usos de las UFS que hemos identificado es interpretado adecuadamente por los
demás participantes de la situación comunicativa. Esto constituye una de las
limitaciones de este estudio, que solo se ha concentrado en los tuits y aún=
no
ha considerado las respuestas.
Hemos percibido también de qué modo la
dinámica del empleo concreto de las UFS examinadas se encuentra sometida a =
un
equilibrio entre estabilidad y variabilidad que no repercute sobre su fijac=
ión
interna, sino sobre la traslación semántica operada por los hablantes en ca=
da
situación comunicativa. Solo un estudio diacrónico podría evidenciar si los
sentidos revelados son transitorios o se vuelven convencionalizados.
Asimismo, quedan abiertas otras línea=
s de
investigación, entre las que destacamos la posibilidad de investigar las mi=
smas
UFS en otros contextos de uso, en otras comunidades de habla española y en
otros idiomas, a fin de establecer semejanzas y diferencias respecto de los
resultados de este trabajo.
NOTAS
1 Los esquemas de imagen son estructu=
ras
preconceptuales generadas a partir de nuestra experiencia sensorio-motora,
los cuales producen patrones dinámicos que ayudan a comprender nociones
abstractas actuando como dominios fuente de metáforas. Los marcos o modelos
prototípicos son estructuras cognitivas compuestas de roles, jerarquías y
relaciones entre personas, objetos y eventos que sirven de base a nuevas
situaciones comunicativas. Por su parte, la metonimia es una correspondencia
conceptual entre elementos de un mismo dominio conceptual, mientras que la
metáfora opera como proyección entre dos dominios diferentes. En este traba=
jo,
aludimos especialmente a los esquemas de imagen y a las metáforas.
2 Zinken =
(2007)
muestra cómo existen diversas clases de viajes marítimos que involucran “bo=
tes”
o “barcos”, según se relacionen con objetivos específicos, ya sea “personas=
que
comparten intereses comunes” o “sistemas sociales o económicos complejos”. =
3 A modo de ejemplo, Boers (1999, cit=
ado
en Hampe, 2017) demuestra cómo las metáforas referidas a sistemas económicos
utilizan una mayor cantidad de conceptos del dominio fuente SALUD en invier=
no
que en otras estaciones del año, lo que denota la influencia de una variable
extralingüística en la conceptualización metafórica. Asimismo, el género y =
la
ocupación constituyen factores que influyen en la producción y comprensión =
de
metáforas. Por ejemplo, las mujeres tienden a metaforizar sus propios
sentimientos, mientras que los hombres utilizan este tropo para describir l=
as
emociones de otras personas. Por otra parte, sacerdotes y maestros son más
propensos a utilizar lenguaje metafórico en relación con otras profesiones
(Hampe, 2017).
4 La sociolingüística adopta de la
Psicología Social el concepto de “cognición social”, definido como una inte=
rfaz
que conecta la estructura social y la estructura discursiva (van Dijk, 2002), según la c=
ual el
individuo, al producir un discurso, activa un procedimiento cognitivo de
(re)construcción de contextos situacionales que determina la formación de
modelos o marcos de referencia. Dichos modelos contienen el acervo de
conocimientos culturales y sociales, valores, actitudes y opiniones acumula=
dos
por los hablantes a lo largo de sus experiencias y son útiles para interpre=
tar
la realidad. A su vez, la cognición individual, en cuanto conjunto de
representaciones cognitivas particulares de cada hablante, forma parte de la
cognición social.
5 De la UF “estar pasado de rosca” se=
han
identificado 284 ocurrencias, mientras que de “estar para atrás” se
recolectaron 128 y de “estar hecho un violín” se obtuvieron 117. La
identificación de usuarios argentinos se llevó a cabo utilizando un filtro =
de
Twitter, con un control manual posterior sobre cada tuit para evitar
imprecisiones. A continuación, previa selección de aquellas que satisfacían=
los
criterios establecidos, las ocurrencias fueron codificadas para diferenciar
cada UF y clasificarlas según su significado metafórico.
6 Los ejemplos extraídos de la red so=
cial
Twitter se reportan con los eventuales errores lingüísticos con los cuales
fueron publicados originalmente. Esta decisión radica en la necesidad de
preservar la espontaneidad de las manifestaciones de usuarios que utilizan =
las
UFS estudiadas en sus tuits.
7 Solo se observan modificaciones de =
la
fijación material de la UF que no alteran su fijación de contenido (Zuluaga,
1980 citado en Corpas Pastor, 1996: 23). Entre ellas, notamos la adición del
adverbio “acá” al componente verbal –lo que genera una pausa en medio de la=
UF
(PR2, PR6)-, la sustantivación (PR9), así como también la adjetivación del
ejemplo siguiente y la adición de los intensificadores “un poco” (PR4), tan
(PR7, PR8) y mal (PR11). Precisamos que este último adverbio se utiliza en =
la
variedad juvenil del español de Argentina para reforzar una afirmación o una
negación: “estoy contento mal”; “me duele mal”.
8 Para designar al abusador también t=
iene
una alta frecuencia de uso la expresión “ser un violín”, que cumple con los
mismos principios de afinidad fónica e idéntico propósito que la UF metafór=
ica
analizada.
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